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ANEXOS

Pensadores filosóficos

Paradigma antiguo

 

Descubrimos entre los muchos pensadores presocráticos, o sea antes de Sócrates, dos que están en las orillas opuestas del río: uno desde la orilla del que la realidad es estable, que no cambia, que es perfecta: Parménides (acostado de panza cerca del árbol) y el otro Heráclito (asomándose detrás del árbol levantando el dedo) que sostenía que la realidad es cambiante, imperfecta y que todo es devenir.  Una frase célebre de Parménides es aquella que “el ser es y el no ser no es”. De Heráclito podemos recordar aquella de “nadie puede bañarse dos veces en el mismo río”.

Detrás de Parménides vemos a Pitágoras (sosteniendo una escuadra) y a su lado a Anaxágoras. Cuentan que Parménides fue discípulo de Anaximandro (que esta con la pava cebando mate) y que anduvo por Egipto y esos lugares… fue quien elaboró el teorema que conocemos de Pitágoras de que el cuadrado construido sobre la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados construidos sobre los catetos.

Otro que también pensó cosas matemáticas es Thales de Mileto, (que está comiendo un sándwich junto a los que toman mate) que elaboró el teorema de Thales… que dos rectas paralelas cortadas por una transversal forman ocho ángulos… etc. Thales pensaba que el origen de las cosas tiene su fundamento en el agua, o más bien lo húmedo.

En cambio, Anaxímenes, (que está con el mate en la mano)  y que fue discípulo de Anaximandro, pensaba que el aire era el origen primero de todo, incluso antes que el agua o la humedad de Thales.

Anaximandro, (el que tiene la pava) sostenía que el origen de todo es lo llamado Apeirón que es algo inmortal e imperecedero y a la vez indeterminado e indefinido.

En el bote en medio del río, justamente vemos a Sócrates (asomado hacia la parte detrás del bote) junto a Platón (que sostiene el remo) y que miran hacia la tradición griega, integrando todos los aportes de los pensadores presocráticos…  es Platón y gracias a él que conocemos muchos de los pensamientos de la antigüedad griega, ya que en sus escritos además de escribir sobre su maestro Sócrates, ha escrito muchos de los aportes de estos pensadores. En cambio, Aristóteles, mucho más joven que su maestro y el maestro de su maestro, está sentado mirando hacia la proa del bote, como asomándose a un futuro desde su cambio de perspectiva de pasar del pensamiento analógico al pensamiento lógico.

Cuando Aristóteles debe alejarse de Atenas tras la muerte de su maestro Platón, debido a el intolerante nacionalismo ateniense (ya que Aristóteles es macedónico)  el bote del pensamiento griego es conducido por Plotino que lo vemos pescando más adelante. El llevará hasta el extremo las ideas dualistas de Platón que marcará por casi diez siglos el pensamiento medieval.

De las enseñanzas de Aristóteles solo quedarán algunas pintorescas escuelas griegas tales como el Hedonismo, representado por Epicuro (que tiene el ancho de espadas pegado en la frente), el Estoicismo, con Epicteto (con rulos en su cabeza), el Cinismo, representado por Diógenes (que aún conserva sus tres cartas pero casi nada de cabello) y los Escépticos, representados por Carneades, (el que se va abandonando la partida, ya que no cree en nada).

Paradigma medieval

En la Edad Media, en este paradigma medieval, observamos básicamente la construcción de una gran catedral (de una iglesia) ¿por qué? Justamente porque en esta etapa todo tiene que ver con lo religioso y con Dios. Es por eso que la filosofía se la considera como la sierva de la Teología.

Hay dos filósofos que prácticamente diseñaron toda esta gran etapa de la historia de la filosofía, justamente la más extensa (1000 años). Ellos son: San Agustín ( que está sentado en un banquito mirando los planos) y Santo Tomás (mucho más gordito y que está parado al lado sosteniendo el plano). Ambos se los consideran los pilares de toda la edad media, por eso están dibujados como si fueran los que leen los planos de la construcción de la catedral. No vivieron en el mismo tiempo: Agustín vivió al principio de la edad media (S. IV) y Tomás al final de la edad media (S.XIII).

En el centro, subido a una escalera y colocando el vitraux tipo rosetón (ventana redonda) está San Anselmo,  originario de la ciudad de Canterbury.

Sobre el techo se encuentran, desde el lado izquierdo, (llevando una carta en la mano y pintando con un pincel), Pedro Abelardo quien hizo muchos aportes al pensamiento medieval y también se lo conoce por las famosas cartas con Eloísa.

Asomándose por el centro arriba del techo aparece la cara de San Buenaventura quien es un seguidor de las enseñanzas de San Agustín.

Ya en el lado derecho vemos a Guillermo de Okham (el que está con una cuchara de albañil) quien “filoso como una navaja” ha ayudado a desvelar distintas herejías, sobre todo en el entorno del papado.

Y por último, vemos a dos árabes, pensadores orientales, que fueron muy importantes en la constitución del final de la edad media, ya que aportaron algunos elementos indispensables para dicha construcción, por eso acarrean ladrillos en el dibujo: el que los trae con la mano se llama Avicena y quien lleva los ladrillos en carretilla es Averroes. Son justamente los que van a traer las enseñanzas de Aristóteles que se habían perdido hacía muchos siglos y que Santo Tomás, al final de la edad media logra incorporar en el pensamiento occidental.

Paradigma moderno

 

La edad moderna es considerada como una de las etapas más fructíferas y, a la vez, más breves de la historia de la filosofía, sobre todo si la comparamos con la edad antigua o la edad media.

Es casi un banquete intelectual, donde cada uno acerca a la mesa su comida “a la canasta” y en donde se genera una mirada de divergencia sorprendente.

En el centro, sosteniendo una copa, vemos a Descartes, considerado prácticamente como el padre de la modernidad. Detrás de él vemos acercando a la mesa una olla con sopa a Galileo, y por el otro costado un poco más atrás vemos a Copérnico, que trae una bandeja con tapa. Estos dos pensadores pertenecen a la edad media, a la edad anterior, pero sus ideas son parte de la discusión y tratamiento de la edad moderna. Por eso es como que traen la comida desde el lejano Medioevo.

Al lado, a la derecha, se encuentra Rousseau, que junto con Descartes son franceses.

A la izquierda de Descartes, vemos a Hume, que charla animadamente con Berkeley (que está usando una especie de sombrero negro y viste levita con su traje de ministro). Debajo de Berkeley, vemos sosteniendo un tenedor a Locke, quien representa justamente el escepticismo en su mayor expresión. Estos últimos tres, (Hume, Berkeley y Locke) son ingleses y se encuadran dentro de la corriente empirista. Ellos piensan que nuestras ideas se originan básicamente de la experiencia de nuestros cinco sentidos.

Del otro lado, a la derecha, junto a Rousseau, vemos a Leibniz, con una enorme cabellera negra. Autor de las famosas “mónadas” como esferas completas que constituyen toda la realidad, ah sido leído e interpretado por Wolff, que también tiene una larga cabellera pero rubia. Y tomándolo del brazo lo vemos a Kant, que está sentado de espaldas en el dibujo y que va a ser quien realizará la gran síntesis intelectual de la época.

Tanto Leibniz, Wolff, como Kant, son alemanes y pertenecen al racionalismo idealista alemán.

Kant va a ser quien en sus críticas (estudios) a la razón pura, y a la razón práctica, va a lograr unir ambas miradas (la de los empiristas y la de los idealistas) haciendo su síntesis.

Paradigma contemporáneo

 

En la edad contemporánea, hemos hecho una “selección de pensadores”.

Vemos a la izquierda (con la pelota en la mano) a Hegel, quien ha seguido el pensamiento de Kant, elaborando su método dialéctico. Al lado de él, con guantes de arquero, está Feuerbach quien ha llevado las ideas de Hegel a todo el sistema filosófico. Debajo, con rodilla en el piso y un bigote negro con barba blanca, se encuentra Marx quien ha llevado las idea de Hegel, que explicitó Feuerbach, al plano sociológico, con su manifiesto comunista y las lucha de clases, y al lado debajo de Hegel, está Engels quien ha tomado las ideas de Marx y las ha aplicado al plano político, generando así la aplicación de lo filosófico-sociológico al materialismo histórico comunista ruso.

Alto, con bigotes al estilo de Don Ramón del Chavo, vemos al suizo Nietzsche, quien junto con Sartre (el que tiene la pipa), Camus (que esta fumando cigarrillo y le ata los cordones a Derrida) y también podemos incluirlo a Heiddeger (que lleva camisa y corbata como si fuera el DT) los encuadramos en los llamados existencialistas, justamente de postguerra.

En el medio, debajo de Heiddegger, un poco serio y con ojos muy abiertos encontramos al norteamericano Max Scheler. Con lentes y levantando las manos vemos a Foucault y debajo de él Jaspers con una botellita de agua en la mano.

Por último, acostado y con el pelo bien despeinado, lo vemos a Derrida a quien le están atando los cordones del botín.

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